Ejemplos de estilos educativos e interiorización de las normas y límites en la adolescencia

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Ejemplos de estilos educativos e interiorización de las normas y límites en la adolescencia, es la continuación del artículo anterior «Educar a los hijos a tiempo el mejor programa para adolescentes. Normas y límites, estableciendo apoyo y control«

En la ocasión anterior vimos definidos los diversos estilos educativos, las maneras de ejercer la autoridad, ante las situaciones complicadas que nos pueden plantear los adolescentes. Vamos a ver ahora un ejemplo práctico basado en un caso que suele darse en algunas ocasiones. Un alumno insulta a un profesor. Reflexionemos, ¿con que estilo de padres te identificas mejor?.

– Se recibe una llamada del Instituto. Vuestro hijo de 13 años le ha dicho al profesor de Matemáticas al comenzar la clase  “hijo de puta”. Este comunica a la dirección del centro el suceso y se decide la expulsión inminente del alumno por un periodo de cinco días lectivos a partir del día siguiente.

1) Familias autoritarias

Ante esa situación anterior, unos padres autoritarios castigarían al hijo de manera inmediata y muy severa, amenazándolo con castigos más estrictos todavía, en caso de que se repita tal actitud. Sin embargo, no harían ninguna referencia a las normas y límites en la adolescencia, ni tampoco, a los motivos que hacen inaceptable el hecho de insultar, más allá de expresiones como por ejemplo: ¡Capullo! ¡Qué vergüenza!, ¿Cómo has podido?, ¿Te parece bonito?, que no esperan ninguna respuesta. Tampoco intentarían escuchar y comprender los motivos que han llevado al hijo a llevar a cabo esta conducta. Esta respuesta contribuirá poco a hacer que el hijo interiorice la norma de respetar a los demás. Quizás no lo vuelva a hacer, por miedo a las represalias, o quizás haya aprendido que hace falta tomar mayores precauciones, no increpando a nadie delante de testigos.

· Quizás se convierta en el chulo del barrio.

2) Familias sobreprotectoras

Unos padres sobreprotectores estarían, en primer lugar, bastante preocupados por lo mal que se podría sentir el hijo frente al resto de la clase al ser expulsado del Instituto durante cinco días. Se olvidarían de las normas y límites en la adolescencia. Después indagarían las razones que lo han llevado a insultar al profesor. Él les diría, que no hay derecho que un profesor les ponga un examen sin avisar previamente, que eso no hay derecho, no es justo, que toda la clase ha empezado a cuestionar la intención del profesor, diciéndole que no habían estudiado lo suficiente como para hacer un examen después del fin de semana. El profesor no atendiendo a razones y sin tener en cuenta nuestras quejas insistentes, nos ha puesto el puto examen, diciendo que siempre tenemos que estar preparados y que en matemáticas los problemas o se comprenden o no se comprenden, y eso precisamente, se trabaja en clase. A continuación, no ha podido reprimir su impulsividad y se le ha escapado “hijo de puta”, estando arrepentido por dicha acción. Afligidos por el relato y sintiéndose en parte culpables, le dirían que tendría que haberles dicho que no puede controlar sus impulsos y que se siente tan mal por esto. La situación es bastante emotiva y le preguntarían si necesita ayuda profesional que le ayude a solucionar este problema. Responde que de momento no lo cree necesario, piensa que no volverá a suceder y lo perdonan, ¡solo porque ha sido la primera vez!

· Esta respuesta tampoco contribuirá a hacer que el hijo interiorice la norma de respetar a los demás. Se sentirá muy apoyado por sus padres. Pero estos estarán favoreciendo una persona inmadura y poco tolerante a la frustración.

3) Familias indiferentes

Unos padres indiferentes ante las normas y limites en la adolescencia irán diciendo al hijo, de camino a casa, ¡Sinvergüenza!, ¡ya te enseñare yo, lo que es bueno, ya! Una vez allí, y sin tratar las razones que hacen inaceptable insultar, ni indagar que le ha impulsado a hacerlo, lo castigaran tres meses sin ordenador. Dos días más tarde, el hijo hará alguna travesura de la suyas. Finalmente, uno de los padres diría al otro: ¡Habla con él, yo ya no puedo más! Este, harto también de la situación, respondería. ¡Bueno, déjalo pasar. Ya habrá aprendido la lección con la expulsión del Instituto, además, todos los adolescentes se insultan entre ellos! Entonces, le levantarían el castigo, advirtiéndole, sin embargo, que si se enteran que le falta el respeto a alguna persona, de ahora en adelante, no tocará el ordenador ¡en un año!

· Esta respuesta tampoco contribuirá a hacer que el hijo interiorice la norma del respeto al otro, ni le ayudará a tomar conciencia de las consecuencias de sus actos. Estarán favoreciendo actitudes propias de una persona inmadura, ansiosa e impulsiva.

4) Familias fortalecedoras

Unos padres fortalecedores de las normas y limites en la adolescencia harían más o menos esto: una vez en casa, más tranquilos, y mejor que en la calle o en el coche, donde es muy difícil hablar cara a cara, averiguarían que ha llevado al hijo a insultar al profesor. Lo dejarían hablar, intentando comprender sus motivos (ansiedad, impulsividad, frustración). Después le dirían que eso no le autoriza a insultar y comentarían las razones que hacen inaceptable esta conducta. Hecho esto, le impondrían un castigo razonable, relacionado con los hechos. Por ejemplo, durante estos cinco días de expulsión, como no puedes ir al Instituto, iras al Centro de Día de enfermos de Alzheimer, que ya nos hemos puesto en contacto nosotros previamente y nos han comentado que les hacen falta voluntarios. Acudirás durante el horario de apertura hasta el cierre del mismo y harás lo que te diga el responsable del Centro, ayudando a la gente mayor en las actividades que realicen. Recuerda que la paciencia es un valor que nos hace mejor personas.

· Esto ayudaría al hijo a interiorizar la norma de respetar a los demás. Al mismo tiempo, los padres le están transmitiendo las normas y limites en la adolescencia, proporcionando apoyo y control. Favoreciendo una persona reflexiva y madura.